Soneto
II
Sólo,
siempre sólo.
Sólo sin remedio aparente.
Solo
quería verte
pero
tú, no estabas ahí.
Mis
ojos no se reflejaron en los tuyos;
mi alma
no descanso en tu bondad.
Conocerte
fue lo más hermoso;
conversar contigo fue sólo un sueño.
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